sábado, 15 de abril de 2017

Hoja de Ruta


El Ukamau nace como una organización de las trabajadoras y trabajadores sin casa, para luchar por el derecho a la vivienda, al barrio, a la ciudad y a una vida buena para nuestras familias y todas las familias de nuestro país.

En esta lucha, nos hemos dado cuenta que esto no es posible en un capitalismo neoliberal como el chileno, gobernado por una corrupta élite político-empresarial. Tampoco, en el marco de la sociedad capitalista en general, que se basa en la explotación de las trabajadoras y trabajadores y el empobrecimiento y la exclusión de las mayorías, y donde los beneficios de la organización social de la producción son privatizados por una minoría, que defiende activamente sus privilegios, socializa solamente sus pérdidas y costos ambientales, e impide a través de distintos medios el bienestar generalizado de la población. Del mismo modo, ante la necesidad de desprenderse del tutelaje capitalista de las grandes potencias y de construir los caminos propios como pueblo organizado, declaramos nuestro carácter antiimperialista, propugnando y exigiendo respeto por la soberanía y autodeterminación de los pueblos. 

Es por esto que hemos asumido la responsabilidad de transformar el Movimiento Ukamau en un instrumento de organización política más amplio, con el objetivo de luchar por los intereses inmediatos de las trabajadoras y trabajadores, así como por los intereses más generales del pueblo al que pertenecemos, como parte de un esfuerzo integral de construcción de la fuerza social necesaria para que la clase trabajadora conquiste el poder político en Chile y comience la superación de las formas capitalistas de organización de la sociedad.

Esto contempla en el mediano plazo impulsar un proceso que nos permita confluir con otras agrupaciones, colectivos, organizaciones, movimientos y partidos con objetivos programáticos similares, en la constitución de un instrumento potente al servicio de los intereses de nuestro pueblo.

Nuestras prioridades serán mantener y extender geográficamente nuestra lucha por la vivienda y el derecho a la ciudad, abordando otros procesos de organización y lucha colectiva en los territorios, como los socio-ambientales. Asimismo, buscaremos ampliar la base de nuestra organización hacia otros sectores del movimiento social, comenzando con el estudiantil y sindical, apuntando a coordinar nuestros esfuerzos sectoriales con otros movimientos sociales y contribuir al enriquecimiento de las plataformas de lucha en sus contenidos reivindicativos y políticos, en la perspectiva de un nuevo proyecto político popular.

Valorando todas las formas de lucha contra las distintas administraciones del Estado neoliberales y los sectores  patronales, privilegiaremos siempre aquellas que nos permitan, a la vez que lograr efectividad en la lucha y las mejores condiciones inmediatas, lograr también mayores niveles de organización, movilización y conciencia política de las trabajadoras y los trabajadores de nuestro país.

Es por esto que, basándonos en nuestra propia experiencia y en lo que hemos podido aprender de otros movimientos sociales, consideramos que nuestra principal fuerza está en la organización y la acción directa de las trabajadoras y trabajadores en la toma y defensa de sus derechos frente al empresariado explotador y a las distintas administraciones del Estado neoliberal.

Creemos firmemente que son las trabajadoras y trabajadores, y el pueblo en su conjunto, quienes deben darse su propia legalidad, ya que la actual, heredada de la dictadura militar y fortalecida durante los últimos 25 años, favorece desproporcionadamente los intereses de los grandes grupos empresariales y los sectores asociados a ellos. Sin embargo, no despreciamos el uso de las limitadas herramientas legales disponibles para la lucha reivindicativa coyuntural, ni desconocemos la potencialidad de ciertos espacios de poder institucionales como herramientas de lucha y transformación social en manos del pueblo y en función del fortalecimiento de un nuevo proyecto popular. Son formas de lucha que consideramos legítimas, pero complementarias y subordinadas a la organización, movilización y la acción directa de las trabajadoras y trabajadores.

Considerando que la transformación social implica también transformarnos a nosotros mismos, serán elementos transversales de nuestra práctica política: la no discriminación, distinción ni exclusión en todos sus sentidos, ya sea por cualquier motivo, circunstancia o condición; la incorporación de la perspectiva de igualdad de las personas en todos los ámbitos, ya sea familiares, laborales o sociales, con independencia absoluta de su género; la formación permanente de nuestras compañeras y compañeros; y las formas democráticas y transparentes de liderazgo, trabajo y decisión colectiva.

En el proceso de crisis y fragmentación del bloque dominante en Chile, creemos que la única posibilidad de constitución de un bloque alternativo que permita a nuestro país salir del neoliberalismo, pasa por una alianza amplia entre distintos pueblos, fragmentos de clase y sectores sociales, que logre aislar a los grandes grupos económicos, disolver su estructura monopólica y desarticular sus redes de poder.

Actualmente los grupos medios, que han sido los primeros en reaccionar frente a la crisis política, económica y social del neoliberalismo en Chile, articularse y desarrollar recursos de poder a través de la movilización masiva, son quienes constituyen el eje de construcción de ese nuevo bloque histórico anti-neoliberal, lo que reconocemos y valoramos. Sin embargo, no está decidido aún si los sectores medios jugarán un rol restaurador del neoliberalismo o un rol progresivo en la construcción, tanto de una nueva institucionalidad, como de las bases de un nuevo modelo de desarrollo, que amplíen nuestras posibilidades de organización autónoma.

Es por esto que el sentido y el carácter de clase de este nuevo bloque histórico, que consideramos se encuentra en proceso de conformación en nuestro país, es un campo en disputa, y en este proceso es central el rol de las trabajadoras y trabajadores y del movimiento popular, tanto como un contrapeso a las tendencias continuistas y restauradoras, como en la transición de un bloque anti-neoliberal a uno anti-capitalista. Esto señala los marcos en que hemos decidido desarrollar nuestra acción política.

Finalmente, consideramos que el capitalismo tardío, en su etapa de enclaves de desarrollo y globalización financiera, no puede ofrecer al conjunto de la humanidad otras perspectivas que el empobrecimiento, la exclusión y criminalización de las grandes mayorías de la población alrededor de todo el mundo, y un estado de guerra permanente, como un mecanismo de ajuste crónico de sus estructuras y de control de las masas desposeídas. Al neoliberalismo le sobra gente.


Nuestra respuesta frente a esta situación, es ampliar la escala de nuestros sueños y esperanzas, y unir nuestro destino al de nuestras hermanas y hermanos, tal como lo viene haciendo la clase trabajadora desde el inicio de sus luchas. Ya tenemos un vínculo de solidaridad y trabajo con otras organizaciones de Nuestra América, que ahora convertiremos en una política sistemática y permanente.

Luchando avanza el pueblo
A reconstruir la iniciativa popular

Ukamau
Chile, Abril del 2017

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Que la corrupción y el abuso no diseñen nuestras ciudades

“Trabajo mal Hecho También es Corrupción” Jorge Bermudez 2017, Contralor de la Republica Nuevamente debemos salir a manifestarnos a la...